Cómo convertir la cera sobrante de las velas en una crema hidratante
¿Sabíais que la cera de abeja sobrante de las velas se puede reutilizar? Es un precioso recurso natural y sería una lástima desaprovecharla. Por eso, os proponemos hacer con ella una sencilla crema hidratante.
Las propiedades beneficiosas de la cera de abeja como remedio natural para el cuidado de la piel son excelentes. Es un ingrediente cargado de enzimas, antioxidantes y minerales, que contiene ácidos grasos, aminoácidos y vitamina E. Es un magnífico material, totalmente natural, con el que podemos preparar distintas cremas, bálsamos y ungüentos. Además de su uso cosmético, medicinal y para hacer velas, la cera de abeja se emplea también para la restauración y conservación de muebles y para el mantenimiento y protección de las boquillas de los instrumentos musicales, por poner algunos ejemplos.
Cera virgen de abejas, un excelente ingrediente en cosmética natural
La cera de nuestras velas, al tratarse de cera virgen procedente de la apicultura ecológica y no haber sido alterada con ningún agente químico externo, es perfecta para ser reutilizada en la elaboración de una crema hidratante ideal para restaurar la piel agrietada y reseca de talones, manos y codos.
En internet podemos encontrar fácilmente varias recetas. Las que yo he preparado realmente me han encantado, el resultado obtenido es fantástico y en este caso ¡sólo utilizando cera de abeja y aceite de oliva!
La crema hidratante que haremos viene de una receta tradicional magrebí, y la receta me la dio un amigo que me pidió cera de abeja para hacerse una crema para las zonas resecas de los talones. Me explicó que en su familia siempre utilizaban la crema que se hacían ellos mismos con cera de abeja y aceite de oliva, siguiendo las proporciones de una parte de cera de abeja y seis de aceite de oliva.
Preparar esta crema casera es muy sencillo.
Necesitamos:
- 10 gramos cera limpia (puedes consultar cómo limpiarla en este otro artículo de nuestro blog).
- 60 gramos de aceite de oliva.
- 1 cazo.
- 1 frasco de cristal que después podamos desechar (por ejemplo de alguna conserva que hayamos utilizado).
- 1 bastoncito de madera para remover.
- 1 frasco para guardar la crema.
Elaboración de la crema
El primer paso será limpiar la cera tal y como os explicamos aquí.
Fundimos la cera en un frasco de cristal al baño maría. Debemos evitar que el agua hierva para no alterar las propiedades de la cera. La cera se irá fundiendo hasta hacerse totalmente líquida.
Cuando la cera está fundida, vamos añadiendo poco a poco el aceite. Al principio se crearán grumos sólidos, pero a medida que el aceite se calienta se irá disolviendo todo. Removemos suavemente hasta conseguir una mezcla homogénea .
Finalmente, una vez la mezcla está bien unificada, vertemos el contenido en el frasco previsto para almacenar la crema, y dejamos enfriar.
Una vez fría, ya está lista para ser utilizada.
Sugerencias para variantes
El resultante de esta sencilla mezcla es una buena base que podemos enriquecer añadiendo algún otro aceite que nos aporte más propiedades como, por ejemplo, el de rosa mosqueta y, además, algunas gotas del aceite esencial que más nos guste.
También podemos jugar con el espesor y la densidad de la crema modificando la proporción de cera/aceite hasta conseguir la textura deseada.
Otros usos de esta crema
Este mismo preparado que nos sirve para la piel reseca de los codos y talones, también lo podemos utilizar para lustrar los zapatos y para encerar la madera.